A principios del siglo XX se pusieron de moda los juegos visuales: una misma imagen se puede ver de dos o incluso de tres formas diferentes, dando como resultado imágenes distintas. Una de estos famosos juegos, pato/conejo, da pie para crear un álbum ilustrado para niños.
El
argumento es sencillo, dos niños discuten sobre si lo que ven es un pato o un
conejo y por qué. Este argumento tiene el atractivo, por un lado, de captar la
atención del niño e invitarle a participar en la discusión, si lo que aparece
en la imagen es un pato o un conejo y por qué. Al mismo tiempo, el libro
muestra que no todos tenemos por qué opinar lo mismo y cómo podemos discutir
nuestras diferencias. Esta idea es la que más me atrae en este libro. La
ilustración es un relato en sí, sin necesidad casi del texto, pero la idea que
subyace en el texto me parece fundamental: la diversidad de opiniones.
Personalmente detesto el pensamiento único y me sorprende todavía ver cómo
mucha gente espera que opinemos todo lo mismo ante lo que ellos llaman un hecho
objetivo o una realidad. Dicho de otro modo, la gente se empeña en ver un pato
donde hay un conejo o viceversa.
-Ángela
Quirós-
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